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Si estás planeando un viaje a Marruecos 4 días, es normal preguntarse si da tiempo a ver lo esencial. Aunque el país tiene muchísimo por descubrir, en cuatro días puedes hacer una ruta increíble por el norte. En este itinerario te cuento qué ver en Marruecos en 4 días, comenzando en la Ciudad de Tánger, pasando por la fotogénica Chefchaouen y terminando en la fascinante medina de Fez. Una ruta perfecta para aprovechar al máximo la experiencia. ¡Vamos allá!
Aunque Marrakech concentra gran parte del turismo en Marruecos, si tienes solo 4 días para viajar a Marruecos, nosotros te recomendamos explorar otra zona diferente del país. Marrakech es una ciudad impresionante, pero el norte de Marruecos también tiene muchísimo que ofrecer y las distancias son muy manejables en un viaje corto. En este viaje a Marruecos 4 días, la mejor opción sin duda es alquilar un coche, ya que te da libertad para moverte a tu propio ritmo. Aunque hay bastantes radares (a nosotros ya os adelanto que nos multaron, aunque se solventó con poco más de 10€), conducir por Marruecos es bastante seguro si tienes cuidado. No obstante, se puede conseguir una ruta muy parecida contratando un traslado de Tánger a Fez con parada en Chefchaouen.
La ruta empieza en Tánger, una ciudad con mucha historia y ambiente mediterráneo. Desde allí, seguimos hacia Chefchaouen, el famoso pueblo azul, y terminamos en Fez, que tiene una de las medinas más impresionantes del país. Este es el plan día a día:
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A continuación, te cuento en detalle cómo organizar este viaje a Marruecos en 4 días, con todo lo que necesitas saber para aprovechar al máximo el tiempo y moverte sin complicaciones.
Tánger es la puerta de entrada a Marruecos desde Europa y un punto de inicio perfecto para este viaje a Marruecos en 4 días. Es sin duda una de las ciudades más bonitas de Marruecos y tiene una mezcla muy interesante de influencias árabes, africanas y europeas, lo que le da un carácter único. En este primer día, recorreremos su medina, visitaremos su antigua kasbah y exploraremos algunos lugares clave en los alrededores.
Ubicada en lo alto de la medina, la Kasbah es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Desde aquí se tienen unas vistas increíbles del puerto y el estrecho de Gibraltar. Puedes visitar el Museo de la Kasbah, que muestra la historia de la ciudad y tiene un bonito patio andalusí.
Ubicado dentro de la Kasbah de Tánger, este museo es una parada interesante para conocer la historia de la ciudad. El edificio en sí es una antigua residencia del sultán, con un patio andalusí precioso. En su interior hay exposiciones de artefactos históricos, mapas antiguos y piezas arqueológicas que muestran la influencia de las diferentes civilizaciones que han pasado por Tánger. Además, desde el jardín se tienen unas vistas muy bonitas del puerto y el estrecho de Gibraltar.
La medina de Tánger es menos caótica que la de otras ciudades marroquíes, lo que la hace ideal para perderse sin prisa. Sus callejuelas están llenas de tiendas de especias, artesanías y cafés tradicionales. Aquí también se encuentran algunos de los rincones más fotogénicos de la ciudad.
Este mercado es uno de los puntos más animados de Tánger. Es un buen lugar para ver el ambiente local y, si te apetece, tomar un té en una de las terrazas con vistas a la plaza. Cerca del Gran Zoco se encuentra la Mezquita Sidi Bou Abib, con su llamativo minarete de mosaicos.
A unos 14 km del centro de Tánger se encuentran estas cuevas llenas de leyendas. Se dice que aquí descansó Hércules después de separar Europa de África. Lo más curioso es su abertura hacia el mar, que tiene la forma del mapa de África.
Desde las Cuevas de Hércules, es buena idea acercarse a Cabo Espartel, un mirador espectacular en el punto donde se encuentran el océano Atlántico y el mar Mediterráneo. El faro que domina el cabo es uno de los más antiguos de la zona y las vistas al atardecer son una pasada.
Después de explorar Tánger, ponemos rumbo al interior para descubrir uno de los lugares más fotogénicos de Marruecos: Chefchaouen, la famosa ciudad azul. El trayecto en coche desde Tánger dura unas 2 horas y media y la carretera es sencilla, aunque hay bastantes curvas en la parte final.
Este día está pensado para recorrer Chefchaouen sin prisas, disfrutando de su ambiente tranquilo y de las mejores cosas que ver en Chefchaouen. Es un pueblo que se puede recorrer perfectamente andando a tu aire, pero si quieres aprender más sobre la historia y la cultura de la zona, te recomiendo a unirte a una visita guiada por Chefchaouen.
Si te estás planteando una visita al pueblo azul, quizás te estés preguntando si es un destino seguro, para sacarte de dudas, te recomiendo leer: ¿Chefchaouen es peligroso? Consejos de seguridad para visitar Chaouen
Es el corazón de Chefchaouen y el mejor sitio para empezar a explorar la ciudad. La plaza está rodeada de restaurantes con terrazas y dominada por la Kasbah, una fortaleza de adobe con una torre desde la que se tienen buenas vistas. Aquí también se encuentra la Gran Mezquita, que destaca por su curioso minarete octogonal.
La medina de Chefchaouen es famosa por el intenso color azul de sus casas y calles. Caminar por aquí es una experiencia única, ya que cada rincón parece sacado de un cuento. No hay una ruta fija, lo mejor es perderse y disfrutar del ambiente. Algunas de las calles más bonitas son Rue Sidi Bouchouka y Rue Outiwi, aunque toda la medina merece la pena. Ten en cuenta que alguno de los rincones más instagrameables son patios interiores privados, muchos de estos están abiertos al público a cambio de una entrada que por lo general es bastante económica.
Para terminar el día con una buena vista, nada mejor que subir hasta el Mirador de la Mezquita Española. La caminata es corta, unos 20-30 minutos cuesta arriba, y el esfuerzo merece la pena porque desde aquí se ve toda la ciudad con las montañas del Rif de fondo. Al atardecer, la luz es espectacular.
En el extremo de la medina, siguiendo el curso del río, se encuentran las pequeñas cascadas de Ras el-Maa. Es un lugar muy animado, donde los locales vienen a refrescarse y lavar alfombras. Hay algunos cafés con terrazas junto al agua, ideales para hacer una parada.
El tercer día de nuestro viaje a Marruecos en 4 días combina trayectos en carretera con visitas a lugares históricos. En lugar de ir directamente a Fez, aprovechamos el camino para conocer las ruinas romanas de Volubilis y la ciudad imperial de Meknés.
Desde Chefchaouen hasta Volubilis hay unas tres horas de coche, y desde allí, Meknés está a solo 30 minutos. Después de visitar estos dos sitios, seguimos hasta Fez, a una hora más de trayecto.
Este es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Marruecos y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Se pueden ver templos, columnas, mosaicos bien conservados y el impresionante Arco de Caracalla. Es una visita que transporta directamente a la época romana y que, al estar en una colina, ofrece unas vistas espectaculares de los alrededores.
Meknés es una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos y aunque es menos visitada que Fez o Marrakech, tiene lugares muy interesantes. Lo más destacado es Bab el-Mansour, una puerta monumental decorada recién restaurada con mosaicos verdes y azules, considerada una de las más impresionantes del país. En Meknés también se pueden visitar la Plaza el-Hedim (una versión más pequeña de la plaza de Marrakech) y los graneros del sultán Moulay Ismail.
Tras esta parada, continuamos el camino hacia Fez, donde pasaremos la tarde explorando su medina, una de las más grandes y antiguas del mundo.
Es la entrada principal de la medina de Fez y una de las imágenes más representativas de la ciudad. Con su característico color azul en el exterior y verde en el interior, esta puerta es el punto de partida perfecto para empezar a recorrer las calles de la ciudad vieja.
Un lugar imprescindible en Fez. Desde las terrazas que la rodean se puede observar el proceso de teñido de las pieles en enormes cubas de colores. El olor es fuerte, pero merece la pena ver este oficio tradicional en acción.
Último día de nuestro viaje a Marruecos en 4 días. Antes de despedirnos del país, aprovechamos la mañana para ver algunos rincones de Fez que quizá quedaron pendientes el día anterior. Después, dependiendo de la hora de nuestro vuelo o transporte de regreso, toca poner rumbo al aeropuerto o a la estación.
Uno de los rincones más auténticos de la medina de Fez. Aquí resuena el martilleo constante de los artesanos del cobre, que fabrican a mano teteras, bandejas y otros objetos tradicionales. Es un buen sitio para comprar un recuerdo y ver en acción este oficio ancestral.
Uno de los lugares más sagrados de Fez. Aquí descansa Mulay Idrís II, considerado el fundador de la ciudad. Aunque no se puede entrar si no eres musulmán, el exterior del mausoleo y los detalles de su entrada ya merecen una visita.
Fuera de la medina, el Palacio Real de Fez destaca por sus enormes puertas doradas decoradas con mosaicos. Aunque no se puede visitar por dentro, es un lugar perfecto para una última foto antes de dejar la ciudad. Justo al lado, el barrio judío (Mellah) muestra un contraste arquitectónico con sus balcones de madera y calles más ordenadas.
Después de hacer esta ruta, hay varias cosas que creemos que es útil saber antes de viajar a Marruecos. Aquí van algunos consejos prácticos para que todo vaya sobre ruedas.
Marruecos se puede visitar durante todo el año, pero para hacer una ruta por el norte, las mejores épocas son primavera y otoño. Durante estos meses, el clima es más suave y se evitan los extremos de calor del verano y el frío del invierno, sobre todo en ciudades como Fez, donde las temperaturas pueden bajar bastante en diciembre y enero.
Si viajas en verano, prepárate para el calor, especialmente en el interior del país. En invierno, aunque el clima sigue siendo bastante templado, es recomendable llevar ropa de abrigo para las noches, que pueden ser frescas.
Para una ruta como esta, lo más recomendable es alquilar un coche, ya que te da mucha más libertad para moverte entre ciudades y explorar lugares como Volubilis sin depender del transporte público. Las carreteras en Marruecos están en buen estado y conducir es bastante seguro, aunque hay que estar atento a los radares, ya que hay muchos controles de velocidad a lo largo del recorrido.
En las ciudades como Fez y Tánger, el tráfico puede ser algo caótico, por lo que lo más práctico es aparcar el coche fuera del centro y moverse a pie o en taxi. Si prefieres no conducir, puedes combinar trenes y autobuses, aunque necesitarás organizar los horarios con más cuidado para que todo encaje bien en el itinerario.
Marruecos es un destino seguro para viajar, pero siempre conviene tomar algunas precauciones:
Si quieres saber más, te recomiendo leer mi lista de 10 consejos para viajar a Marruecos.
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Y hasta aquí la ruta de viaje a Marruecos 4 días. ¿Echas en falta algo?
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