Hacer un safari de 6 días por Kenia
Si hay algo que define un viaje a Kenia es la oportunidad de vivir un safari único, recorriendo sus increíbles parques nacionales y reservas naturales. Este país es conocido por su rica fauna y paisajes que parecen sacados de un documental. Desde las extensas llanuras del Masai Mara hasta las impresionantes vistas del Kilimanjaro en Amboseli, cada lugar tiene algo especial que ofrecer.
En nuestro viaje de 17 días por Kenia, dedicamos 6 días a recorrer algunos de los mejores parques nacionales del país. Fue una experiencia inolvidable en la que pudimos ver de cerca a los “Big Five”, observar atardeceres de película y aprender mucho sobre la vida salvaje. Aquí te cuento cómo fue nuestro safari de 6 días: los lugares que visitamos, los momentos más especiales y cómo organizamos esta aventura. Si estás planeando tu viaje, seguro que esta guía te será útil para preparar tu propio safari en Kenia.
Día 1: De Nairobi al Masai Mara
- Ruta desde Nairobi hasta el Masai Mara
- Visita a un pueblo Masai
- Safari en uno de los mejores parques del Mundo
- Disfruta con la fauna
- Una de las mayores colonias de rinocerontes
- Conocido por su número de flamencos
- Escenario de Memorias de África
- Safari a pie por Crescent Island
- Safari con vistas al Kilimanjaro
- Enormes manadas de elefantes
Día 6: Regreso a Nairobi y final del Safari
- Trayecto de regreso a Nairobi
- Final del safari
Ruta de 6 días de Safari por Kenia
Día 1: De Nairobi al Masai Mara
Nuestro primer día de safari comenzó temprano en Nairobi. El conductor pasó a recogernos a las 7 de la mañana, y, después de cargar las maletas en la furgoneta, nos pusimos en marcha hacia el Masai Mara. La emoción era palpable; por fin comenzaba la aventura que llevábamos tanto tiempo esperando.
El primer tramo del trayecto fue bastante cómodo, con carreteras asfaltadas. Aprovechamos para hacer una parada en el Gran Valle del Rift, un mirador espectacular desde donde se pueden ver kilómetros de paisajes increíbles. Nos tomamos unos minutos para estirar las piernas, sacar fotos y disfrutar de las vistas antes de continuar con el viaje.
A medida que nos acercábamos al Masai Mara, el terreno fue cambiando y la carretera asfaltada dio paso a caminos de tierra. El paisaje también se transformó, con extensas llanuras y pequeños pueblos que nos recordaban que estábamos entrando en territorio masái. Llegamos al campamento sobre las 14:30, justo a tiempo para comer.
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El campamento, rodeado de naturaleza, era sencillo pero encantador, con todo lo necesario para descansar después de un largo trayecto. Nos asignaron nuestra tienda, y tras instalarnos y relajarnos un rato, nos dirigimos a una visita al pueblo masái. Allí, los miembros de la comunidad nos recibieron con danzas tradicionales y nos explicaron cómo es su día a día. Nos mostraron sus casas, construidas con barro y ramas, y aprendimos sobre sus tradiciones y su forma de vida. También pudimos ver cómo encienden fuego de forma artesanal, algo que nos dejó fascinados.
Al caer la tarde, regresamos al campamento. Después de cenar, nos reunimos un rato junto a la hoguera, escuchando los sonidos de la sabana antes de irnos a dormir. Al día siguiente nos esperaba nuestro primer game drive, y no podíamos estar más emocionados.
El Masai Mara es el corazón del safari en Kenia, un lugar donde los animales parecen formar parte del paisaje. Madrugamos para aprovechar el momento en que la fauna está más activa. A las 6 de la mañana ya estábamos en camino, entrando al parque justo al amanecer.
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El primer gran encuentro del día fue con un elefante africano, el primero de los Big Five que veríamos. Ver a un animal tan majestuoso tan cerca es algo que impresiona más de lo que esperas. Su tamaño, la tranquilidad con la que se movía, y esa mirada profunda nos dejaron embobados un buen rato, haciendo que olvidáramos incluso el frío de la mañana.
Más adelante, la emoción subió un nivel con un grupo de guepardos en plena caza. Estaban acechando a una gacela, avanzando con movimientos ágiles y calculados. Aunque la gacela logró escapar, fue un espectáculo de la naturaleza que nos mantuvo en vilo durante más de media hora. Fue algo que no habíamos tenido la suerte de presenciar en safaris anteriores, y definitivamente quedó grabado en nuestra memoria.
El siguiente gran momento fue con los leones. Primero vimos a una madre con varios cachorros mamando, una escena increíble de la naturaleza. Más tarde, nos topamos con otro grupo descansando después de un banquete reciente. Los restos de su comida, un búfalo, ya estaban siendo aprovechados por buitres y otras aves carroñeras. La fuerza y presencia de estos felinos siempre logra dejarte sin palabras.
Y cuando pensábamos que el día no podía ser mejor, apareció uno de los animales más esquivos del Masai Mara: un leopardo. Estaba descansando entre los arbustos, acompañado de dos crías. Nos quedamos en silencio, casi sin atrevernos a respirar, sabiendo lo afortunados que éramos por presenciar algo tan raro.
Con cuatro de los Big Five en el bolsillo, paramos a comer bajo un árbol en plena sabana, disfrutando del paisaje. Por la tarde seguimos explorando, viendo más elefantes, leones y búfalos. Cerramos el día visitando el río Mara, hogar de hipopótamos, y regresamos al campamento rodeados de ñus y cebras, recordando lo increíble que había sido cada momento del safari.
El tercer día del safari comenzó con un trayecto de unas cuatro horas desde el Masai Mara hasta el Lago Nakuru. Aunque fue una mañana de carretera, no faltaron sorpresas. En el camino vimos cebras, ñus e incluso algún elefante cruzando libremente por los campos. Es increíble cómo en Kenia la vida salvaje forma parte del paisaje cotidiano. Además, hicimos una parada para probar un Mandazi, un pan dulce típico que se ha convertido en uno de mis favoritos.
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Llegamos al parque justo a tiempo para comer y empezar la exploración. El Lago Nakuru es conocido por sus rinocerontes, y no tardamos mucho en encontrarlos. Dos rinocerontes negros se movían tranquilamente hacia unos arbustos, completando así nuestra lista de los Big Five. Verlos tan de cerca, con su presencia imponente y movimientos pausados, fue un momento emocionante y uno de los más esperados del viaje.
El paisaje del parque es espectacular, con el lago de fondo y cientos de aves decorando la escena. Flamencos y pelícanos se roban el protagonismo, creando una estampa que invita a detenerse y admirar. A lo largo del recorrido, también encontramos jirafas, cebras y búfalos, que ya eran como viejos conocidos en este safari.
Otro momento especial fue al acercarnos a una pequeña cascada dentro del parque. Allí nos recibió un grupo de babuinos, junto con el mono colobo, que trepaba entre los árboles con movimientos ágiles. Fue un espectáculo distinto, pero igual de fascinante.
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Para terminar el día, bajamos a la orilla del lago, donde los pelícanos y flamencos seguían formando grupos. De repente, dos rinocerontes blancos aparecieron para beber agua y revolcarse en el barro, un cierre perfecto para el día. Después de disfrutar de esta última escena, nos dirigimos a nuestro alojamiento en Nakuru, una ciudad que vive en armonía con esta increíble fauna.
El cuarto día comenzó con un traslado largo desde Nakuru hasta Amboseli, en lo que sería el trayecto más extenso del safari, unas seis horas y media. Para hacerlo más llevadero, decidimos incluir una parada opcional en el lago Naivasha, donde se puede visitar Crescent Island, un lugar único que ofrece la oportunidad de hacer un safari a pie. La excursión cuesta 50€ por persona, pero es una experiencia que vale la pena.
En poco menos de dos horas llegamos al lago Naivasha. Comenzamos con un paseo en barco que nos permitió relajarnos mientras observábamos a los pescadores locales y una gran variedad de aves. La sorpresa más emocionante fue ver a varios hipopótamos asomando en el agua, moviéndose con esa calma que los caracteriza pero siempre impresionantes por su tamaño.
Al llegar a Crescent Island, empezó el safari a pie, una experiencia muy diferente a los safaris en coche. Caminar junto a cebras, avestruces y jirafas fue algo especial, y más aún sabiendo que muchos de estos animales fueron introducidos durante el rodaje de Memorias de África. La isla tiene un ambiente tranquilo, perfecto para disfrutar del contacto directo con la naturaleza y unas vistas preciosas del lago.
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Al acercarnos a Amboseli, el Kilimanjaro nos dio la bienvenida con su silueta majestuosa. Llegamos justo al atardecer, con el paisaje teñido de colores cálidos que realzaban aún más la escena. Nos alojamos en el Amboseli Gateway Hotel, donde descansamos tras un día largo pero lleno de momentos memorables. La emoción de explorar Amboseli al día siguiente ya empezaba a sentirse.
El quinto día nos sumergimos en el último parque de nuestra ruta: Amboseli National Park. Este lugar tiene un magnetismo especial, con las majestuosas llanuras y el Kilimanjaro como telón de fondo. Si algo define a Amboseli, son sus elefantes, que se mueven en grandes grupos, regalando escenas icónicas que parecen sacadas de un documental. Aunque la presencia de felinos es menor en comparación con el Masai Mara, el entorno único de este parque lo convierte en uno de los más impactantes del viaje.
Arrancamos temprano para aprovechar el amanecer, el momento ideal para ver el Kilimanjaro despejado. Tras un breve trayecto desde el hotel, entramos al parque y allí estaba: el “techo de África”, iluminado por los primeros rayos de sol. Este instante nos dejó sin palabras. Hicimos fotos, pero la realidad es que ninguna captura puede reflejar lo que se siente al estar allí.
El protagonismo no tardó en llegar. Los primeros elefantes aparecieron, cruzando las llanuras en fila, con crías que se mantenían cerca de las hembras. Fue un espectáculo natural lleno de fuerza y ternura al mismo tiempo. En algunos momentos, se acercaron tanto a nuestra furgoneta que podíamos escuchar sus pisadas. También vimos varios grupos de hasta 30 elefantes, un número impresionante que mostraba la riqueza de fauna de Amboseli.
El parque, sin embargo, no solo es conocido por sus elefantes. A mitad de la mañana, tuvimos la suerte de encontrarnos con dos leonas descansando cerca del camino. Fue un momento tranquilo, pero lleno de esa magia que los grandes felinos transmiten. Más adelante, avistamos hienas moviéndose entre las llanuras, agregando una dosis de emoción al recorrido.
Un momento inolvidable llegó por la tarde, cuando nos topamos con una escena inesperada. Una hembra de guepardo cruzó el camino con cinco crías, mientras miraba nerviosa hacia atrás. Poco después, aparecieron dos niños masáis, uno muy joven, empuñando lanzas y espantando al guepardo. Estaban cuidando su rebaño de vacas, una muestra impresionante de cómo los masáis conviven con los depredadores en este entorno salvaje.
Finalizamos el día de vuelta en el hotel, donde relajarnos en la piscina fue el cierre perfecto para una jornada intensa y emocionante. Durante la cena, compartimos historias y risas con Edwin, pero también sentimos una pequeña nostalgia al saber que el safari estaba llegando a su fin.
6. Vuelta a Nairobi y fin del Safari
El sexto día marcó el final de nuestra experiencia en los parques nacionales. Salimos temprano desde Amboseli hacia Nairobi, un trayecto de unas cuatro horas que hicimos disfrutando de las últimas vistas de las llanuras kenianas. En Nairobi nos despedimos de Edwin, nuestro guía durante el safari, y aunque cerrábamos esta etapa del viaje, la aventura aún no terminaba para nosotros. Desde allí, continuamos hacia la costa de Kenia, listos para explorar playas paradisíacas y descubrir otro lado fascinante del país.
Mejor época para hacer un safari en Kenia
Elegir la mejor época para un safari en Kenia depende de varios factores, como el clima, la fauna que deseas ver y tu presupuesto. A continuación, te explico cómo es cada temporada para que puedas decidir la que mejor se adapta a tus planes.
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Temporada seca: de junio a octubre
Esta es la temporada más popular para hacer safaris en Kenia, y no es casualidad:
- Clima: Los días son soleados y las noches frescas, con temperaturas agradables que suelen rondar los 25-30°C durante el día.
- Observación de animales: Al ser una época de lluvias escasas, los animales se concentran en torno a las fuentes de agua, lo que facilita mucho los avistamientos. Además, las praderas están más despejadas, lo que permite una mejor visibilidad de la fauna.
- Gran Migración: Entre julio y septiembre, tiene lugar uno de los mayores espectáculos de la naturaleza: la Gran Migración en el Masai Mara. Millones de ñus, cebras y gacelas cruzan el río Mara desde Tanzania, en busca de pastos más verdes. Es uno de los momentos más emocionantes para hacer un safari.
- Ventajas: Condiciones óptimas para safaris y fotografía, con menos mosquitos por la falta de lluvias.
- Desventajas: Al ser temporada alta, los precios son más elevados y algunos alojamientos pueden estar completos si no reservas con antelación.
Temporada de lluvias: marzo a mayo
Esta es la temporada baja, pero también tiene su encanto.
- Clima: Las lluvias pueden ser intensas, sobre todo en abril y mayo. Sin embargo, no suele llover todo el día; las tormentas son intermitentes y a menudo ocurren por la tarde o noche.
- Observación de animales: Aunque los animales no se concentran tanto en los puntos de agua, es fácil verlos, ya que no hay tantas visitas turísticas y los parques están más tranquilos. Además, esta época es ideal para observar aves migratorias.
- Ventajas: Los paisajes están increíblemente verdes, las tarifas de alojamiento suelen ser más económicas y hay menos turistas en los parques.
- Desventajas: Algunos caminos dentro de los parques pueden volverse intransitables debido al barro, y hay más mosquitos por el clima húmedo.
Temporada intermedia: noviembre a febrero
Estos meses marcan el inicio y final de las lluvias cortas.
- Clima: Las lluvias suelen ser menos frecuentes que en la temporada de lluvias largas, y los días soleados son comunes. Las temperaturas son cálidas, con máximas de hasta 30-32°C.
- Observación de animales: Es una época excelente para ver depredadores como leones, leopardos y guepardos, ya que las crías de muchos animales nacen durante estos meses y se convierten en presas fáciles. También es buena para los aficionados a la ornitología, con muchas especies de aves en migración.
- Ventajas: Menos turistas que en la temporada seca y precios algo más bajos en los alojamientos y safaris organizados.
- Desventajas: Aunque las lluvias no son tan intensas, pueden dificultar los desplazamientos en algunos momentos.
Cuál es el precio del safari en Kenia
Si estás pensando en organizar un safari en Kenia y no sabes por dónde empezar, he preparado esta guía sobre cómo organizar un safari en Kenia sin arruinarse para que no pospongas más el viaje de tus sueños.
Complementa tu safari en Kenia con una ruta por la Costa
¿Sabías que Kenia no solo es famosa por su fauna y parques nacionales, sino también por sus impresionantes playas? Después de unos días de safari, donde habrás explorado lo mejor de la vida salvaje africana, la costa de Kenia te ofrece una opción ideal para relajarte y disfrutar de un paisaje completamente diferente. La costa de Kenia es perfecta para recorrerla por libre, con más de 500 kilómetros. Sus playas son un verdadero tesoro oculto, con arenas blancas, aguas turquesas y una rica cultura swahili. Y lo mejor de todo es que no son tan turísticas como las de otros destinos más conocidos, lo que las convierte en un lugar perfecto para desconectar tras la intensidad de un safari.
Si decides complementar tu aventura por Kenia con unos días en la costa, puedes optar por destinos como Diani Beach, Watamu o la Isla de Lamu. En Diani, encontrarás largas playas para pasear, resorts de lujo y actividades acuáticas para todos los gustos, como el kitesurf o el buceo. En Lamu, el ambiente relajado y su belleza tradicional harán que te sientas como en otro mundo, mientras que Watamu te ofrecerá una experiencia más tranquila y cercana a la naturaleza, con sus parques marinos y arrecifes de coral. Estos destinos son el cierre perfecto para un safari, permitiéndote disfrutar de lo mejor de ambos mundos: la fauna salvaje de Kenia y sus paradisíacas costas
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